Judith Lucki  

Papa....

Por Judith Lucki

Cuando pronuncio tu nombre,

Se me anuda la garganta,

Mi corazón se estremece

Y me siento pequeñita, pequeñita...

Volviendo a la tierna infancia,

Cuando contemplo tu rostro,

Mezcla de dios y de ángel,

Mis ojos se bañan en llanto

Y en cada lágrima llevo

Representada tu imagen.

Cuando tus labios me besan

Y me acarician tus manos

Cuando me estrechan tus brazos

y puedo en ellos cobijarme

Entonces....

El dolor no me importa

Ya no cuenta el sufrimiento,

porque con ellos consigues

Hacer que se vuelva cielo,

aun el horrible infierno.

Papa...a dios pido diariamente

que no me borre tu imagen,

que el mundo no te la robe,

que sigas siendo mi ángel.

Reflexiones

Veo mucha gente pero no encuentro mi imagen, escucho muchas voces pero no percibo mi voz.  

Nunca imaginé tanta farsa en esta vida, mi corazón está refugiado en el destino del sentido. Cuantas ilusiones cosechó mi mano, cuantas esperanzas tejidas en mi mente, mi vivir tan solo es una metáfora vagabunda en las lagunas del misterio.  

Este vacío parece que hablara, esta ciudad está envuelta en gris, mi alma despierta en la soledad de la noche, hay tantos silencios, hay tanta quietud, parece que no hay nadie.  

Hay un mundo nuevo, todavía creo estar en el principio de este siglo, caminando en las fases prodigiosas del pasado, donde lo único que existía era la luz primordial del ser.  

Cuentos de hadas, reyes, princesas.  

Todo está enterrado en los pies de los sabios, por mucho tiempo he andado en el rumbo de los idiotas buscando la puerta de la oportunidad, nunca pretendí trepar la cima de la fortuna, tan solo me he embarrado en el piso de la realidad.  

Sólo se que soy una don nadie; Quién sabe, por eso soy alguien. ¿Soy alguien?  

Algunos seguirán en el fantasmal abismo del tiempo, queriendo conquistar todo, menos ser ellos mismos.  

Yo seguiré siendo una don nadie, pisando, viviendo en la tierra de alguien.  

Qué importa lo que soy, si yo "ahora me siento feliz", alcanzaré con locura marginal la fuerza escondida de mi cuerpo y viviré en una lejana isla al amparo de mis ilusiones.  

                               Hoy ya soy feliz,

                               Y nadie me robará este momento.

Mensaje de amor

En algún momento un médico determinará que mi corazón ha dejado de funcionar y que en verdad mi vida se ha terminado.  

Cuando ésto suceda, no traten de revivirme artificialmente por medio de aparatos y dondequiera que me encuentre, no lo llamen mi lecho de muerte. Llámenlo mi lecho de vida y dejen que mi cuerpo se vaya de allí a ayudar a que otros gocen de una vida plena.  

Den mi vista a alguien que nunca haya visto un amanecer, la cara de un bebé o el amor en los ojos de una mujer.  

Den mi corazón a alguien a quien el suyo, no le haya causado más que interminables días de dolor.  

Den mi sangre a algún adolescente rescatado de entre las ruinas de un automóvil accidentado, para que pueda vivir y llegar a gozar del juego de sus nietos.

Den mis riñones a quien dependa de una máquina para seguir existiendo semana tras semana.  

Tomen mis huesos, todos mis músculos y todas y cada una de las fibras y nervios de mi cuerpo y encuentren la manera de hacer caminar a un niño lisiado.

Exploren cada rincón de mi cerebro, si fuera necesario tomen todas las células para que algún día un niño pueda gritar con la emoción del deporte y una niña sorda pueda oír el sonido de la lluvia contra los cristales de la ventana.  

Cremen lo que quede de mí y echen mis cenizas a los cuatro vientos para ayudar a que crezcan las flores.  

Y si tienen la necesidad de enterrar algo, les dejo mis defectos, mis debilidades y todos mis prejuicios contra mis semejantes.  

Mi alma désenla a Dios.  

Y si por casualidad alguien quiere recordarme, háganlo con una buena palabra o acción hacia quien lo necesite.........  

Si hacen lo que les pido viviré eternamente.